lunes, 28 de enero de 2013

Soy Leyenda

Esto es un ejemplo de cómo un final de libro puede no dejarte indiferente y cómo su película lo estropea totalmente. Estos americanos...

Aviso de Spoiled para aquellos que quieran leerse el libro. Para los que no hayan visto la película, tranquilos, pueden leer tranquilamente que no tiene nada que ver. De hecho, el final de la película les decepcionará. 



(Ruth es la vampira con la que le han tendido la trampa, haciéndole creer que era otra humana como él.)

"Ruth se inclinó hacia él.

—Robert —dijo—. Escúchame. Quieren ejecutarte. Aunque estés herido. Tienen que hacerlo. La gente ha estado esperando afuera toda la noche. Te tienen miedo, Robert, te odian. Y quieren que pagues con tu vida.

Se desabrochó la blusa y buscó en el corpino. Sacó al fin un paquetito y lo puso en la mano derecha de Neville.

—Es lo mejor que puedo hacer por ti, Robert —susurró— Para que sea más breve. Te lo advertí. Te dije que huyeras —la voz le tembló ligeramente—. No puedes luchar contra todos, Robert.

—Ya lo sé.

Las palabras de Neville se convirtieron en sonidos guturales. Ruth se inclinó y rozó con sus labios frescos los de Neville. Luego se incorporó y se abrochó la blusa.

—Tómalas pronto —dijo mirando la mano derecha de Neville.

Neville oyó sus pasos alejándose hacia la puerta y luego el ruido de llaves. Cerró los ojos, y unas lágrimas ardientes corrieron por sus mejillas. Adiós, Ruth. Adiós al mundo.

Luego, de pronto, apoyándose en un brazo, se sentó en la cama. El dolor era espantoso, pero Neville no se hundió. Con las mandíbulas apretadas, sacó las piernas de la cama y se puso de pie. Sintiendo apenas el movimiento de sus piernas, y tambaleándose, cruzó el calabozo.

Cayó contra la ventana, y miró a la calle. Estaba llena de gente. Se agrupaban a la luz grisácea de la mañana. El sonido de sus voces llegaba a él como el zumbido de abejas. Neville los miró, agarrado con la mano izquierda de los barrotes y con los ojos febriles. Entonces alguien lo vio. Durante un rato las voces se elevaron un poco. Se oyeron algunos gritos. Pero luego el silencio se extendió sobre sus cabezas como una pesada capa. Todos volvieron hacia Neville sus rostros pálidos. Neville los observó serenamente. 

Y de pronto razonó: Yo soy el anormal. La normalidad es un concepto mayoritario. Norma de muchos, no de uno solo. Y comprendió la expresión que reflejaban aquellos rostros: angustia, miedo, horror. Le tenían miedo. Ellos le  veían como un monstruo terrible y desconocido, de una malignidad más odiosa que la de la plaga. Un espectro invisible que como prueba de su existencia sembraba el suelo con los cadáveres desangrados, de sus seres queridos. Y Neville los comprendió, y dejó de odiarlos. 

La mano derecha apretó el paquetito de pildoras. Por lo menos el fin no sería violento, por lo menos no habría una carnicería...Neville observó a los nuevos habitantes de la tierra. No era uno de ellos. Semejante a los vampiros, era un anatema y un terror oscuro que debían eliminar y destruir. Y de pronto nació la nueva idea, divirtiéndolo, a pesar del dolor.

Tosió carraspeando. Se dio vuelta y se apoyó en la pared mientras se tomaba las pildoras. Se estrecha el círculo. Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo.

Soy leyenda."



Gracias a Sergio S. por amenizar mis desayunos.






1 comentario:

  1. Si Sonia la pelicula tiene un final un tanto raro, mi marido dice que el libro no está nada mal, diferente.
    besos guapaaaaa

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