Tomate Frito Casero

¿Quién no recuerda su infancia sentado a la mesa de la cocina y mojando pan como un desesperado? ¿o con un buen plato de espaguettis con tomate? 

Yo me recuerdo siendo pequeña con un plato hondo frente a mí hasta arriba de tomate frito sólo tomate frito, troceando sobre éste un buen trozo de pan y mezclando con un cucharón haciendo casi que bozara del plato. Una cucharada con pan y tomate mezclados, que era casi más grande que yo...y ñaaamm! a la boca! Delicatessen, pura delicatessen.

Esta receta es cosecha mía, aunque supongo que casi todas las salsas de tomates son muy parecidas.

Mientras estaba triturando el tomate, se presentó mi vecino Francis en mi casa. Casi mete la nariz en la olla "Hummm, no veas como huele, ¿no? Ponme un plato de tomate y una barra de pan y ya he comío!!". Se ve que, muchos de nosotros, compartimos los mismos recuerdos de la infancia y... los mismos sabores.

Así que, si alguno aún no tiene su propia receta de tomate frito casero, aquí le dejo la mía:

1 cebolla grande

1 zanahoria grande

1/8 pimiento verde (opcional)

2 dientes de ajo

800 g tomates

1 lata grande de tomate triturado

1 hoja de laurel

1 cucharada de hierbas provenzales

(orégano, tomillo, romero,...)

1 cucharada de sal

1 cucharada de azúcar

pimienta

Pelamos y troceamos la cebolla, la zanahoria y el pimiento.

Ponemos a calentar una olla con el fondo cubierto de aceite de oliva y añadimos estas verduras. Las cocinamos a fuego bajo hasta que estén tiernas.

Pelamos y laminamos el ajo. Lo añadimos y esperamos a que se comience a dorar.

Añadimos los tomates troceados, el laurel, las hierbas, la pimienta, la sal y el azúcar y dejamos cocinar durante 30-40 minutos a fuego medio-alto removiendo de vez en cuando.

Retiramos del fuego, sacamos la hoja de laurel y dejamos templar.

Trituramos con la batidora.

Podemos congelarla y no perderá sabor ni textura.

¡Espero que os guste!