Como asaltablogs autónoma que me siento, no podía resistirme a hacer esta receta de tortas murcianas de María Cocinillas. Las trajo un día mi querida Conchi al trabajo para que todas pudiéramos degustarlas y la verdad es que le salieron riquísimas y ¡con una forma de torta perfecta! Yo me animé hace unos días y han gustado muchísimo, especialmente a mi madre que siempre me pide que haga dulces que no sean de chocolate para que ella también pueda comerlos (es por tu bien y el de tus kilillos de más, mami... ;P)

Como anécdota os contaré que ayer me llevé una torta en el bolsillo para mi paseo de cada tarde con mi perro y me encontré a mis queridos Jose y Pilar (amigos de la Chuchipandi que nos juntamos muchos atardeceres sacando a los canes) y, claro, saqué mi magnífica torta (además de ricas, me salieron grandotas). Se las ofrecí para que la probaran y Pilar me saltó: "Mira, tú, María Tentaciones!! ¡Que cada vez que abro el Facebook y veo que has publicado te temo! ¡¡Que vaya cosas ricas haces!!". Este post te lo dedico hoy a ti, petarda. Y, si alguna vez cambio el nombre del blog, será el de mi nuevo seudónimo. Voy a tener que ir registrándolo ya... ^_^
Por ahora, os dejo la receta original de estas tortas. Como salen muchas yo hice una tercera parte por lo que cada una de las cantidades las dividí entre 3.
Para 30-40 tortas:
3 huevos
1/2 vaso de leche
1 vaso de zumo de naranja natural
1 y 1/2 vaso de aceite de oliva suave
1 kg de harina de repostería
1/2 kg azúcar blanca
1 cucharada sopera de bicarbonato
Ralladura de 1 limón o naranja
*1 vaso: 250 ml
En un bol ponemos los huevos, la ralladura de limón o naranja (yo puse de ambos), el bicarbonato y el azúcar. Batimos bien a mano o con batidor eléctrico hasta que se integren.
Añadimos el aceite, la leche y el zumo de naranja. Volvemos a batir bien.
Por último, agregamos la harina poco a poco y vamos batiendo primero con el batidor. A medida que vaya espesando la mezcla cambiaremos el batidor por una cuchara de metal. Mezclamos hasta que quede una masa homogénea.
Dejamos reposar en nevera durante una media hora.
Encendemos el horno a 180ºC para precalentarlo.
Sacamos de la nevera y preparamos un plato con 1 huevo batido y un pequeño recipiente con un poco de aceite para mojarnos las manos.
Vamos cogiendo porciones del tamaño de un huevo con las manos enaceitadas para que no se nos pegue la masa. Vamos colocando en la bandeja de horno preparada con papel de hornear o de silicona. Las porciones de masa deben de estar separadas ya que se expanden y crecen mientras se hornean.
Pintamos con huevo batido y espolvoreamos con azúcar por encima. Procuraremos no demorarnos mucho ya que la masa tiende a expandirse).
Horneamos durante 20 minutos a 180ºC, hasta que estén doradas por arriba y por abajo.
Sacamos del horno y dejamos enfriar.